Ubicada en los Valles Calchaquíes, en Salta, es la empresa vitivinícola en funcionamiento más antigua del país. Tiene viñas ancestrales y los viñedos más altos del mundo. Para celebrar este nuevo aniversario, la bodega lanza Colomé Edición Especial 190 años. Además reafianza su compromiso con la Responsabilidad Social como eje y avanza en la construcción de un Salón de Usos Múltiples (SUM) para su comunidad.
El pasado de Colomé se remonta a 1831 y tiene protagonismo en la historia del vino argentino. Tradición, pasión, trabajo, compromiso con la calidad, visión de futuro e innovación permanente se fusionan en estos casi dos siglos de la bodega.
Fue fundada por Nicolás Severo de Isasmedi y Echalar, el útimo gobernador colonial en Salta. Su hija, Ascención, casada con José Dávalos, importó cepas de Malbec y Cabernet Sauvignon de Francia, en 1854, viñedos que siguen dando frutos para el Colomé Reserva.
Las familias Isasmendi-Dávalos condujeron la bodega hasta 2001, cuando fue adquirida por los empresarios Donald y Úrsula Hess, quienes potenciaron el proyecto y siguieron apostando al desarrollo de la vitivinicultura de altura, para producir vinos excepcionales, de producción limitada y en un microclima puro.
Hoy Grupo Colomé es una empresa comprometida con la sostenibilidad y el bienestar de la comunidad de Colomé, en los Valles Cachalquíes, a 2.300 metros sobre el nivel del mar. Las fincas propias con viñedos de altura, que van desde 1.700 metros hasta los 3.111 metros, le imprimen un carácter distintivo a sus vinos.
Situado en un terroir privilegiado, su viñedo Santa Jacoba es el más longevo, proviene de suelos aluviales, ricos en materia orgánica y minerales, sobre el lecho de antiguos ríos y es parte de un ecosistema único con vides de 190 años en pie. Estas plantas han evolucionado y, gracias al riguroso cuidado, dan uvas de altísima calidad que son la base de un vino complejo y sofisticado, como es el Colomé 1831 Oldest Vines, una de las etiquetas icónicas de la casa.
Corría 2003 cuando Donald y Úrsula Hess lanzaron su primer vino, un Malbec, elaborado en los antiguos tanques de concreto de bodega Colomé, era la antesala de un gran proyecto.
Luego construyeron una nueva bodega que combina la tradición artesanal de la zona con las nuevas tecnologías y prácticas sustentables para generar impactos positivos en el ambiente. Además, crearon la Estancia Colomé, en el Alto de Cachi, un hotel de estilo colonial, con nueve habitaciones para que los visitantes disfruten de una experiencia singular y se deleiten con los sabores autóctonos y platos regionales en su restaurante.
El arte también tiene su lugar destacado en el Museo de la Luz, que alberga obras de James Turrell, un espacio cultural que conquista todos los sentidos.
En la actualidad, la bodega está dirigida por Larissa y Christoph Ehrbar (hija y yerno de Úrsula Hess), son la segunda generación de la familia suiza, quienes trabajan para mantener vivo su legado: crear extraordinarios vinos de altura mediante prácticas de viticultura sostenible. Hoy la historia de Colomé se recrea en cada vino, que refleja tanto la riqueza y potencia del Alto Valle Cachalquí como la generosidad de la tierra.
Colomé Edición Especial 190 años
Para conmemorar el aniversario de la bodega, se lanzó a la venta un estuche premium que contiene 2 botellas de Colomé Edición Especial 190 años, ideal para los amantes del vino de colección.
Se trata de una partida limitada que incluye una botella del reconocido Colomé 180 años cosecha 2010 y una segunda botella con el nuevo Colomé 190 años cosecha 2020, para disfrutar de una degustación vertical de Malbec de altura, con 12 meses de crianza en roble francés.
Cabe destacar que el 50 % de las ganancias obtenidas de las ventas de este producto se destinará a los programas del Plan de Desarrollo Social, que forman parte de la estrategia de Responsabilidad Social Empresaria de Grupo Colomé para dar respuestas a las necesidades de su comunidad local. Los estuches pueden adquirirse en la bodega o en la tienda on line de Colomé.
Bodega Colomé y su compromiso con la comunidad
Desde 2001, Donald y Ursula Hess se propusieron trabajar codo a codo con la mano de obra local y aportar a la economía de la zona. “Creemos en apoyar a la comunidad local en todas las formas posibles”, sostienen. Tal es así que unas 30 familias tienen alguna vinculación con la bodega o trabajan en el hotel. A lo largo de los años, esta visión ha funcionado como motor de proyectos y la Fundación Colomé ha impulsado acciones para mantener vínculos estrechos con la comunidad, con un objetivo común: mejorar la calidad de vida de los habitantes de la zona.
“La sustentabilidad es un elemento clave para el desarrollo y el éxito de Grupo Colomé. En equipo, dirigimos nuestras acciones hacia el progreso y la innovación, con el fin de generar impactos positivos en el ambiente, en la gente y los negocios. La pasión por lo que hacemos, nuestro compromiso por la calidad, transparencia e integridad constituyen un excelente punto de partida y la base para seguir trabajando para un mejor futuro”, explicó Matthieu Naef, CEO de Grupo Colomé.
Con la política de Responsabilidad Social como eje, se avanzó en la construcción de un Salón de Usos Múltiples (SUM) que permitirá a los habitantes de Colomé disfrutar de un espacio de recreación, deporte y actividades culturales. El edificio estará listo para el segundo semestre de 2022. Los acuerdos relacionados al uso de este espacio, fueron fruto de una construcción colectiva a través de una Mesa de Diálogo, una herramienta clave para el trabajo colaborativo entre la empresa y la población; que fomenta la responsabilidad compartida en el uso y cuidado del futuro espacio.
La concreción del nuevo SUM es parte del Plan de Desarrollo Social que consta de una serie de programas orientados a dar respuestas a las necesidades de la comunidad, con foco educación, a través de talleres de apoyo escolar y de alfabetización de adultos; en el área cultural se busca reflotar el ballet folklórico de Colomé; además hay campeonatos deportivos y una colonia de vacaciones para los chicos de la zona.
En área de salud comunitaria se dictan talleres de reconocimiento y recolección de plantas medicinales y frutos silvestres comestibles, también se creó un herbario y se está trabajando en la reconstrucción de la memoria colectiva en relación a los usos de esas plantas que se fueron perdiendo con el paso de los años.
Las acciones destinadas a generar conciencia sobre el consumo responsable son relevantes en el trabajo con la comunidad. Hoy, las nuevas generaciones que participaron durante años en este tipo de actividades han podido culminar sus estudios y construir un futuro mejor.